Son muchos los seres humanos que a diario nacen en el mundo o que trabajan en pro de nuestra sociedad. Casi todos son normales, pueden ser más altos o más bajos, considerados guapos o feos, graciosos o antipáticos, agradables o desagradables, en cualquier caso todo entra dentro de las cualidades que tenemos. Pero existe un pequeño porcentaje de ellos que están tocados por una gracia especial que les confiere facultades muy diferentes del resto.
Una de esas es la de estar en contacto con los seres fallecidos y siempre surgirá la duda de saber si lo que veo es real o pertenece a ese otro mundo, es el cómo saber si soy médium o no, algo que entraña sus dificultades el responder.
Todo ser humano que tiene la capacidad de hablar con el mundo espiritual está abocado a serlo y, por consiguiente, la mediumnidad está más cerca de ellos. Así se puede tener sospechas de serlo pero se debe contrastar.
Lo primero es que la persona puede escuchar voces que le hablan, susurros, esto podría ser confundido con cualquier señal de esquizofrenia pero es radicalmente diferente pues podrán oír al finado que, incluso, indican datos precisos sobre su familia o amigos, o donde vivió; todo ello es contrastable, tanto que es imposible abstraerse de ello sin verificarlo.
Cuando lo hacemos descubrimos que es cierto y todo ello, extendido en el tiempo y en comunicación extraordinaria con otros, nos marcará que realmente tendremos esa cualidad tan asombrosa.
Pero todo ello se debe ejercitar y potenciar, se debe practicar ya que de lo contrario puede pasar a ser un talento adormecido y perderse. Todo es cuestión de trabajo.
Hay unos síntomas que pueden ayudarnos mucho a saber si se tiene aptitudes para ser médium, la primera de ellas la podemos encontrar en las marcas físicas pues habitualmente se puede tener la sensación de tener frio en lugares determinados, escalofríos que recorren el cuerpo e, incluso como si una mano gélida nos tocara.
Igualmente podemos sentir opresión en el pecho o como si se tuviera un nudo en la garganta sin ninguna explicación. Sudor de manos o se lagrimea, se llora, sin motivo aparente absorbidos por una gran angustia.
En otras ocasiones se pueden sentir como si se tuviera una gran carga en el cuerpo, como si no se tuviera fuerzas o tener plomo, algo pesado, en las extremidades. El corazón late a un ritmo acelerado y estamos particularmente nerviosos.
Otras señales inequívocas pueden ser el de escuchar esas conversaciones y voces o tener sueños premonitorios de cosas que, realmente, luego pasan, incluso soñar con familiares fallecidos que nos dan mensajes que recordamos y que luego transmitimos a un tercero (vivo) como algo curioso y, con el tiempo, se cumple… ¡Sorprendente!
El siguiente paso, y más profundo es aquel por el cual se tiene la sensación de ver pasar una sombra por casa o por la calle e, incluso, ver “gente” que otros no ven por la calle. “¿Has visto a ese señor que mala cara tiene?” y nuestro acompañante afirmar rotundamente que ahí no hay nadie…
Se pueden sufrir de experiencias de viajes astrales o sentir cómo nos llaman o nos tocan. La prueba definitiva es cuando vemos, ante nosotros, a un familiar muerto que nos da una indicación y esta, comprobada, es real. No debemos tener ya dudas.
Médiums Reales
Una de las más conocidas es Marilyn Rossner, nacida en Canadá, se tomó como modelo para la niña de la película “Poltergeist” de Steven Spielberg. Tiene una sólida formación pues se doctoró en Ciencias de la Educación y fue Directora de Educación Especial en el Departamento de Psiquiatría del Hospital de Niños de Montreal.
Rossner dice estar en contacto con los seres difuntos y tener otras virtudes como la videncia y la telepatía. Ella misma comentaba: “Una médium es una persona que trae mensajes de aquellos que están al otro lado y quieren decirnos que siguen vivos. En mi caso, veo determinadas cosas alrededor de personas: colores, fechas y espíritus. Cuando alguien va a morir siento que su cuerpo astral está preparado para abandonar el físico, y a veces siento, veo u oigo que alguien quiere hablar, así que me ofrezco como intermediaria. Entró en trance y el espíritu se comunica a través de mí”.
Otra muy conocida es Noreen Reiner que gusta de llamarse como “detective psíquica” y haber trabajado con el FBI de Estados Unidos en la localización de desaparecidos, el programa de televisión “Clarividentes” de Discovery Science dedicado a un caso de asesinato en Nueva York en el que las pistas dadas por Renier fueron determinantes.
Curioso es el caso de Lydia Clar, una conocida psíquica estadounidense que fue instruida por Ena Twigg en el Colegio de Estudios Psíquicos en Londres. De regreso a su país se centró en aplicar ese don apoyándose en elementos externos como la numerología, el Tarot o las visiones.
Son sólo algunos de los muchos casos que hay, si ha tenido alguna de estas características descritas o ha tenido premoniciones o realizado predicciones impulsadas por una voz que le dictaba el destino de otra persona, tal vez pueda tener esas facultad y ayudar a otros a resolver todo aquello que le inquieta.
Es un don extraordinario que debe saber aplicar y entrenar, tiene todo un mucho de posibilidades pero, sobre todo, de espíritu de servicio hacia aquellos que, por desgracia o por desorientación en sus vidas, más lo necesitan.
