Quién es Obatalá, qué se le Pide, Oraciones y Ofrendas

Es considerado como el Creador o padre de los seres humanos en la Tierra y también de todo lo que habita sobre nuestro planeta. Rige en el ser humano y su cuerpo pero en dos principalmente: la cabeza. Allí es el que domina los pensamientos y la vida. También es el dueño de la blancura o donde el color blanco es el símbolo de la pureza y la paz.

Obatala es el dueño de aquellos metales llamados “blancos” como la plata, además representa la Creación, es magnánimo y controlar otros estados de los humanos como es la violencia que se manifiesta en la ira, la prepotencia y el despotismo así como personas que tienen alguna deficiencia mental o física. Estamos ante un Osha, estando entre los Oshas de cabecera.

Es paciente y tiene amor para todos sus hijos, es inteligente, gusta de la paz y calma al mundo. Además se trata de una deidad que fue –en otro tiempo- un Irunmole, transformándose en un Orisha por los errores que cometió. En vida fue rey de los Igbó. El nombre hunde sus raíces en lo que es Yoruba Obbàtalá –o “rey de la pureza”-, ama lo limpio, lo blanco y lo puro.

Hay cosas que no tolera como la desnudez en su presencia o  la falta de respeto, a sus sacerdotes se le denomina como Oshabí. Es representado por las montañas dentro de la Naturaleza y tiene el poder de interceder ante los Osha u Orisha en nombre de todo aquel que tenga una dificultad en su vida ya que es el Creador de los seres humanos y dueño de ellos.

Su número es el ocho junto con todos los múltiplos es este. El color no puede ser otro que el blanco siendo su saludo: “¡Jekúa Babá!”.

Se trata de un descendiente directo del dios máximo de la religión, de Oloddumare. Habita en una sopera de plata o tipo de metal similar, que también puede ser losa blanca. Lleva consigo cuatro otás –que son piedras- y si es Olorí serían ocho.

Los atributos de esta deidad son, primero, una especie de manita o manilla en planta, igbín que son caracoles, también pueden ser babosas, así como dos huevos de marfil, que pueden presentarse en nácar u ónix blancos, además lleva Iruke que es robo de caballo blanco, la denominada como majá, la representación del sol, una importante cadena.

También la necesaria luna llena así como la media luna, característica es la mano empuñando un cetro, también lo es el cayado o poayé; dentro de ellas tenemos las palomas de metal y un agogó que viene a ser una campana plateada. Los erekes son totalmente blancos, aunque se puede mezclar según el camino.

Sus objetos representativos son el característico cetro de poder denominado como opa, un brazalete que suele ser de plata y un  iruke, realizado con la crin de un caballo.

Viste de blanco con una banda de color rojo en la zona del pecho, el traje va adornado de soles y lunas con ocho pañuelos en torno a su cintura.

En los bailes típicos se imita a los movimientos de una anciana, muy suaves y doblados. Dentro de los caminos el orgulloso guerrero suele bailar como si portada –o blandiera- una espada. Suele hablar en tono pausado y bajo, realiza vaticinios y limpia a todo el que está en la ceremonia –ritual- con el iruke.

En cuanto a las ofrendas se les suele hacer sacrificio con aves como palomas de color blanco o también gallinas de ese mismo color. También una chiva blanca o una gallina de guinea.

Su tabú suelen ser las bebidas alcohólicas, pero también los cangrejos y las sabrosas judías. Puede hacerse la ofrenda de arroz con leche, al ser goloso acepta el merengue, la grageas que sean plateadas, y también la guanábana o la granada, igualmente el alpiste, el típico ñame, la inigualable manteca de cacao así como la cascarilla, el clásico maíz y las vistosas flores blancas, con predilección por la del algodón.

Las ewes suelen ser acacia y/o achicoria, también la campana, el algodón, destacan el bledo blanco y la artemisa, la suculenta atiponlá o el bejuco de la virgen. Otras flores predilectas son el azafrán, la azucena y el canutillo blanco, el alimenticio coco o el coquito africano, no puede faltar galán de día o el también  galán de noche, así como incienso, la malva, la salvia o el insustituible trébol.

Oraciones a Obatalá

«Oh mi glorioso y todopoderoso Obatalá, hoy comparezco ante ti de rodillas e implorándote, pidiendo tu ayuda, sufriendo por esto que me pesa tanto y que necesita  de ti y de tu poder. Que por el poder de todo aquello que has creado, de las estrellas que brillan, de todo lo que hay en el cielo, me ayude y me guíes en el camino.

Que las luces que se apagaron se vuelvan a encender y me sirvan de orientación, que nada puede llevarme a la desesperación, que tu Creador del Mundo puedas concederme este favor y pueda ser feliz encontrando el camino de nuevo.

Que mi futuro sea el que deseo, que haya prosperidad, que se abran, que mi futuro vuelva a ser el que yo quiero y que no me dejes ni me abandones que la prosperidad me alcance y [haga aquí su petición].

Prometo que siempre me acordaré de este favor y de la bendición que me has concedido por que eres lo Máximo y Todopoderoso, el Padre que da esperanza y paz, que da sabiduría y fuerzas y que lo puede todo como Gran Hacedor. Confío en ti y en tu protección, en todo lo que me das y en todo tu poder. Qué me concedas aquello que deseo. Así sea”.

En la Yoruba la deidad de Obatala es una de las de mayor importancia, cabe destacar que posee dieciséis nombres que todas las etapas de la vida que ha tenido, así son: Allaguana; también es Osagrinan o Acho; otro nombre es Obbamoro o Llecu-llecu; otros nombres por el que es conocido es Elefuro, también Aggeema o Ochanla entre otros.

Su festividad, el día en el que se celebra su efeméride es el día 24 de septiembre siendo su favorito el jueves. De esta forma siempre es recordado dentro del panteón de deidades de la Yoruba y donde son muchos los fieles que rinden tributos con sus rezos, oraciones y ofrendas.

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