Uno de los apartados que más afectan al ser humano son los que entran en materia sentimental, emocional. Somos animales emocionales y como tal esto tiene una alta incidencia en nuestra vida diaria y en nuestras acciones.
Por ello hay muchos tipos de amarres de amor efectivos con fotografías que se pueden realizar y que sorprenderían por la eficacia del mismo, pero muchas veces de lo que se trata no es tanto de atraer a alguien sino de todo lo contrario: olvidar. El olvido es importante cuando el daño es grande, a nivel sentimental.
Así cuando una relación tiene o llega a su final lo mejor es que se evite el sufrimiento, se evite el desapego, se evite lo que implique dolor y no siempre es real si el recuerdo de la persona sigue en la mente.
Para hacer que esa persona que tenemos metida en la cabeza se vaya de la misma, se vaya de nuestra mente, se puede hacer un sencillo hechizo que puede hacer olvidarla.
Para hacerlo necesitaremos los siguientes elementos:
- Esencia de aceite de vainilla.
- Una vela azul.
- Una foto de la persona que queremos olvidar.
- Cerillas de madera.
- Un cuenco de barro o cerámica.
La forma de proceder será la siguiente: se debe tomar la vela azul y se debe dejar que prenda un poco para que comience a calentar el elemento del que está fabricada y genere cera líquida –que será muy importante-. Una vez que se comienza a tener la cera líquida se debe colocar la fotografía en un cuenco de barro y se debe coger la esencia de aceite de vainilla.
Con este aceite debemos poner cuatro gotas de esencia en la fotografía y se debe repetir cuatro veces esta oración: “Gracias os doy ángeles del amor por la ayuda que voy a recibir para que mis pensamientos se conviertan en un NO y me sienta libre para comenzar de nuevo”.
El número cuatro es un número mágico que servirá para llamar a los ángeles y que estos nos presten su ayuda que siempre es importante y nos oriente para que demos un giro a nuestros pensamientos.
Realizado esto se debe coger la vela azul y se debe poner cuatro gotas de cera en la imagen que tenemos, en la fotografía; entonces se debe volver a repetir la oración en otras cuatro ocasiones.
Lo siguiente que debemos hacer es tomar la fotografía y se rompe –con las manos, nada de usar objetos cortantes- en cuatro trozos similares. Entonces se debe dar gracias a los ángeles por su intermediación y ayuda.
Se cogen los restos de la imagen y se debe tirar en un entorno que esté lejos de la casa o del lugar donde vivimos, es importante.
Los efectos serán inmediatos: esa noche debe ser más plácida, con menos recuerdos y pensamientos en torno a esa persona. En los días sucesivos se irá dejando de pensar en ella o en él y se afrontará todo con una actitud más positiva, se verán las cosas de otra forma, con otro talante.
Si lo que se quiere es que la persona tenga un brote de mala suerte o que no le vaya bien se puede recurrir a otro tipo de rituales que podrían considerarse más dentro de la magia negra pues lo que busca es perjudicarla. Cuidado con este tipo de hechizo pues puede revertirse y actuar en contra de la persona que lo ha hecho. Mucha precaución.
Para hacer este sortilegio se deben tener los siguientes elementos:
- Una fotografía de la persona.
- Un vaso.
- Sal.
- Un lazo o hilo grueso negro.
- Una vela negra.
- Cerillas de madera.
Es importante que en la fotografía sólo aparezca la persona que va a ser objetivo del ritual, nadie más y menos con las connotaciones que tiene.
Una vez se tienen todos los elementos se debe tomar el vaso –debe estar completamente seco- en el centro de una mesa. Se toma la vela negra y se pone dentro del vaso. Se encenderá con las cerillas de madera –no valen de otro tipo y tampoco un encendedor- la vela negra y se dejará que gotee en el fondo hasta tener una capa de cera negra, no tiene por qué ser muy gruesa, con unas gotas servirá.
Se tomará la fotografía y se le atará el lazo negro o el hilo negro, entre tanto de introducirá en el vaso al que ya le habremos sacado la vela y se repetirá lo siguiente mientras se le echa sal hasta que cubra totalmente la imagen: “Por el poder de esta magia y de este hechizo yo te lanzo la mala suerte (aquí se dice el nombre de la persona objeto del mismo). Qué nada te salga bien y que recuerdes siempre el daño que me hiciste a mí que tanto te quise (o tanta amistad tuvimos) -depende del caso-. Qué todo te vaya mal. Que así sea por siempre”.
Se debe tener la imagen metida en sal, en esta variedad, durante todo el tiempo que sea necesario o hasta que la acción de la sal haga desvanecerse la imagen. Si la imagen ha sido absorbida por la sal será indicio que todo irá tal y como hemos deseado.
Hay que recordar que este ritual entra dentro de la magia negra y que nunca se debe realizar si no estamos seguros de lo que hacemos y deseamos pues es peligroso, puede ocasionar un gran perjuicio y, sobre todo, puede volverse en contra nuestra con lo que comprobaríamos el daño en nuestra propia carne.
La magia debe usarse para construir, nunca para destruir, pues sólo es parte del odio y de todos aquellos sentimientos que debe desterrar la persona de su vida.
La magia buena siempre es la blanca y aquella que ayuda a las personas nunca la que procura el mal a alguien o general algo negativo. Esa no es buena y, además, lo ideal es que de practicarse pueda revertirse, pueda ser eliminada con otro conjuro pues nunca es deseable practicarla ni lanzarla contra otro ser humano.