Yemayá y La Virgen de Regla: Las Dueñas del Mar

Dentro de la Santería Cubana nos encontramos en su panteón de santos –o “santitos”- a la madre grade de las criaturas que había en la Tierra y que representa al útero de cualquier ser vivo que pueda engendrar.

Es Yemayá un Osha que destaca y que es representada por las olas del mar siendo su baile muy característico y análogo al que tiene este. Símbolo de lo que es la fecundidad, así como la fertilidad –de personas, animales y campos- y de la posterior maternidad.

Se trata de la poderosa Orisha que es originaria y del Oggùn que discurre su cauce por Òyó y Abeokutá, en la zona de Nupe, luego a  va por Tapa, en  lo que es Abeokutá, así como Ibadán y, finalmente, Shaki. Es la intelectualidad, la sabiduría y los caracteres que varían como el mar.

Yemayá es justiciera e inflexible, es adivina y dueña de las aguas y del mar, de todas las fuentes de vida y reina de Abeokutá.  El origen de su nombre viene del Yorùbá Yemòjá o  madre de los peces.

A los seres humanos se les llama como sus “hijos” pues pasamos nueve meses nadando decían que lo hacían los peces alevines en el interior de la madre. Se alimenta junto a otras deidades como Shango, salvo la excepción de Yemaya Okute quién lo hace con Oggun.

Dentro de las equivalencias que hay en la Santería se la equipara a la Virgen de Regla que está muy relacionada con el día 7 de Septiembre, siendo ese su número así como todos sus múltiplos. El color identificativo es siempre el azul y las gamas que se pueden encontrar en el mismo. Se la suele saludar de esta forma: “¡Omío Yemaya Omoloddé! ¡Yemaya Ataramawa!”.

A nivel familiar hay que decir que es hija de Olokun, de ahí su relación con el agua y el mar, se trata de la esposa, del matrimonio, con Obbatala – Orunla-Aggayu-Babalu ayé-Orisha Oko- y en uno de los senderos/caminos de Oggun. Hermana también de Oshún. Es la madre de muchos de los Orishas y se encargó de criar a los demás.

Los atributos característicos que se le llevan a esta deidad son siete remos, el siete es un número que se repite y que también son siete manillas o siete adanes, le gusta una corona, también el timón de una embarcación, de los barcos, los hipocampos –caballito de mar-, los peces, les vistosas conchas, los bellos corales.

Gusta de la representación de un sol, también una luna llena, le gustan una mano de caracoles, una imagen de una sirena, platos, un salvavidas, agradece una estrella o una llave, también una maraca que esté pintada de azul, los vistosos abanicos redondos, un pilón, así como todo lo relativo al mar de hierro, de plata o en tono plateado.

Los Elekes que son más tradicionales están confeccionados entremetiendo lo que son las cuentas azules y blancas o –nuevamente se repite el número- siete cuentas azules, un azul ultramar y siete de agua.

En cuanto a los objetos de poder que tiene esta diosa nos encontramos con un agbegbe o lo que viene a ser una especie de abanico realizado en plumas de pato, también uno de pavo real que está decorado con madreperlas y finas conchas. Igualmente un báculo realizado con pelos que deben ser siempre de la cola del caballo que lleve integrado con cuentas azules y blancas; también tenemos una campana.

Suele vestir con un manto de crepe azul marino con adornos de otro tono de azul y blanco, tiene la curiosa característica que lleva campanas cosidas a la misma y su típico agbegbe, además de un cinturón ancho de algodón con un romboide en el estómago en torno a su cintura.

Se le suele hacer múltiples ofrendas, es lo que se llama un Ochinchin que está hecha con múltiples elemento como camarones, huevos que estén duros, alcaparras, con rojos tomates, acelgas verdes, mucho ekó –que es un tamal de mazorca de maíz, todo ello envuelto en las hojas de platanero-.

También olelé –que son frijoles de carita, también porotos tapé que están realizados con pasta de lo que es jengibre, con ajo y cebolla), también con pescados, azúcar que sea negra, melón, también naranjas, patos, gallinas que sean de Angola, codornices o palomas entre otra muchas que se le pueden hacer en una variedad que es muy amplia.

Ritual para la armonía familiar

Para pedir por la armonía familiar hay un sencillo ritual en santería con esta deidad. El ritual se le pide por la unidad y la buena relación.

Para realizar este ritual necesitamos:

  • Un velón que sea de color blanco.
  • Una estampa con la imagen de Yemaya; la estampa que se tiene, si es recibida se debe hacer ante la sopera.
  • Esencia que sea de romero.
  • Una cazuela.
  • Algas.
  • Fotografías.
  • Cinta de color blanco.
  • Siete trozos que deben ser manteca de cacao –ori-.
  • Azulete.
  • Agua bendita.
  • Un poco de Miel –oñi-.
  • Pimienta que debe ser en grano.
  • Papel de envolver en color marrón.

Todo ello se preparará de la siguiente forma:

En el velón blanco se graba con una punta de navaja o punzón, punta de un cuchillo también servirá. Lo que se debe grabar es el nombre y los apellidos de quienes se quiere que estén unidos,  o la familia a la cual se desea que estén unidos.

Seguidamente el velón se unta con esencia de romero y se pone delante de la cazuela en cuyo interior, previamente, se habrán colocado las algas, fotografías de la familia indicada con sus nombres y fechas de nacimiento, siete trocitos que tenemos de la manteca de cacao, el elementos del azulete, imprescindible el agua bendita, un poco de miel y la pimienta -en grano-.

Se toma la estampa de ella y se apoya en la cazuela. Acto seguido se debe de tapar esa cazuela con el papel –marrón- de envolver y debe atarse con la cinta de color blanco.

Procederemos a encender el velón hasta que se consuma, una vez consumido se cogerá el contenido depositado en la cazuela y se tirará al mar, al río o donde exista una corriente de agua mientras que se le pide por la unidad familiar.

Si se la tiene recibida, todo esto se realizará ante la sopera del Orisha preguntándosele con coco –siempre- los días en los que se deja esa obra, igualmente donde se debe depositar.

Yemaya, sin duda alguna, es una de las deidades que tiene más poder dentro de la Santería así como un elemento muy importante, básico, en la misma. Es la madre, la referencia, la fertilidad y la fecundidad, todo eso es básico para que se dé la vida. Hay que tenerle mucho respeto y cultivar su veneración.

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